DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
UN ARTÍCULO DE LA REVISTA «UNIVERSIDAD», EN PUERTO RICO
Se me pide que escriba algo en «Universidad» sobre mis ideas ortográficas; o mejor dicho, se me pide que esplique por qué escribo yo con jota las palabras en "ge", "gi"; por qué suprimo las "b", las "p", etc., en palabras como "oscuro", "setiembre", etc., por qué uso "s" en vez de "x" en palabras como "excelentísimo", etc.
Primero, por amor a la sencillez, a la simplificación en este caso, por odio a lo inútil. Luego, porque creo que se debe escribir como se habla, y no hablar, en ningún caso, como se escribe. Después, por antipatía a lo pedante. ¿Qué necesidad hay de poner una diéresis en la "u" para escribir "vergüenza"? Nadie dice "excelentísimo" ni "séptima", ni "transatlántico", ni "obstáculo", etc. Antiguamente la esclamación "Oh" se escribía sin "h", como yo la escribo hoy, y "hombre" también. ¿Ya para qué necesita "hombre" la "h"; ni otra, "hembra"? ¿Le añade algo esa "h" a la mujer o al hombre? (…)
Mi jota es más hijiénica que la blanducha g, y yo me llamo Juan Jiménez y Jiménez viene de Eximenes, en donde la x se ha transformado en jota para mayor abundamiento.
- Letra
Letra
LOS NADAISTAS Por Milciades Arevalo Si hiciéramos un balance de lo mejor del Nadaismo, Rafael Vega Jacome seria uno de los mejores exponentes. Siempre admiré la Poesía de X-504, la amistad de Gonzalo Arango y sus cuentos de Sexo y Saxofón, el hermetismo de los poemas de Amilkar U, el desgarre de Sinfonía para Máquina de Escribir, los cuento-poemas de Anibal Tobón y la magia de la palabra de Rafael Vega y sus cuentos y novelas. Siempre que habla o dice algo lo dice con genia... lidad barranquillera, con desparpajo montuno y agilidad de canaletero de Zambrano. En realidad esos personajes que nombro son para mí el Nadaismo. Siempre fueron o han sido geniales conmigo. Rafael Vega Jácome nació en Zambrano, Bolivar, Colombia en 1944. Ha publicado en Estados Unidos Cuentos del Purgatorio, Río Abajo, Habemus Anticristo, La guerra infame del amado caudillo y Sibaritas en el exilio. Pronto saldrá a circulación la novela La vida impúdica de Carpio Garizao. Fue reclutado en Barranquilla por Gonzalo Arango cuando cursaba cuarto de bachillerato después de publicar el cuento Los asesinos se quedaron intrigados.
En fin, escribo así porque soy muy testarudo, porque me divierte ir contra la Academia y para que los críticos se molesten conmigo. Espero, pues, que mis inquisidores habrán quedado convencidos, después de leerme, con mi esplicacióny, además, de que para mí el capricho es lo más importante de nuestra vida. (…)
"INTELIJENCIA»
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas! …Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente. Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
los mismos que las aman, a las cosas…
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas! DISCURSO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
"CONGRESO DE LA LENGUA ESPAÑOLA" (México, 1997)
BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS DE LAS PALABRAS
(…) En ese sentido, me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos.
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Era quizás como una explosión de sueño. – III –
So ane preparó un viaje después de terminar con su novia y probablemente también para crear cierta distancia de su madre, quién dedica todos los minutos de su vida a Alá. Un año más tarde, Sofiane se encuentra en Colombia, en un bosque, de espaldas a una roca, con una cascada trémula sobre su cabeza y sus hombros. Este paraíso es una de los numerosos paisajes que ha visitado. A lo largo de su viaje, se filma a sí mismo con gafas de sol y sonriendo en sintonía con la música en sitios maravillosos visitados por pocos turistas. Los videos son para su madre que está lista para llamar a cualquier embajada para preguntar por el paradero de su hijo. Esta preocupación puede estar basada en que los brazos de su hijo estén muy abiertos al mundo. En Francia fue una vez un traficante de drogas de menor importancia. En la cárcel, seguia activo en la venta de drogas, y con comida gratis y mucho tiempo libre, se las arregló para comprar a su madre una casa nueva en Argelia.
Resulta que uno de sus neumáticos había explotado. El autobús se detuvo, desequilibrado, a un lado de la carretera. Los pasajeros bajaban uno por uno. Los peatones reanudaron sus actividades. Cerca, el hombre en el pasto levantó la cabeza, escudriñando el área. Entonces saltó y corrió por el camino. Corrió muy rápido como si estuviera huyendo de un tiroteo. La ilusión es una interpretación (errónea) de la realidad. Vivir es una ilusión en proceso, con éxitos y errores. Soñar es alucinar. Esta alucinación privada nos ayuda a situarnos en el mundo. Tenemos una constante superimposición de delirios y alucinaciones en nuestra vida cotidiana. ¿Qué pasó por la cabeza del hombre de negocios cuando se tiró al suelo? Su infancia pudo ser iluminada como en una película, con los días, con cada sueño. Puede que haya practicado un tiroteo con sus compañeros en el bosque, que pueda haber visto un documental de un asesinato en masa en alguna parte, puede ser que recuerde estar en una playa por la noche y escuchó un fuerte trueno, 'Bang', y que confundió con un guerrillero disparando a civiles.
Muerte en la Calle, el cuento de José Féliz Fuenmayor, cuenta la historia de un mendigo; Espuma nada más, de Téllez, hace recordar Un día
Dice el prologuista que el libro pretende ser sólo un primer paso entre quienes desean entrar al mundo del cuento colombiano. Muerte en la Calle, el cuento de José Féliz Fuenmayor, cuenta la historia de un mendigo; Espuma nada más, de Téllez, hace recordar Un día de éstos, de García Márquez. La historia de Téllez es la de un barbero que tiene que atender a su enemigo. Todos estábamos a la espera, de Cepeda, es el más ambiguo de los seis. El narrador se reúne todas las noches en un lugar a esperar a una persona de la que el lector no tiene mayores referencias. Luego aparece Madeleine y cuando él se va es ella la que empieza a esperar. La historia de Manuel Mejía Vallejo, Al pie de la ciudad, es la historia de un niño pobre que en compañía de su familia tiene que abandonar el barrio de invasión y llegar a la ciudad para vender una cabra. Por último, Roberto Burgos Cantor, con Esas frases de amor que se repiten tanto utiliza una narración paralela: por un lado la historia de un sindicalista negro, contada en tercera persona, y por otra el monólogo de un periodista que habla sobre las dificultades en su relación de pareja.